En el terreno sagrado te perdiguen en el ataque mis pies ensangrentados de tus venas.
Casandote estan mis garras llenas de sangre en el tereno sagrado.
Tras de ti mis pisadas ensangrentadas para atraparte en las lineas otoñales.
Van por ti las patas roneas para acerte presa.
Y ahulla.
Si pudieras ver esa bestia, debastada por tu partida.
Hambre.
Cuidado los primerisos en el juego del lobo.
Mueve su cola pero la dentadura nula no es.
Tienamente te mira con sus ojos brillosos,
te pide una carisia y se echa a tus pies.
Pero siegue siendo un casador,
esperando a que la luna salga
para ahullarle una noche más.
Miedo mucho al lobo le tengan, que con dulces palabras se presenta, que con linda promesas te dejas llebar. Para dejarlas sin valor a la siguiente coneja que vea pasar.
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