El problema no es que el pez muera,
sino todo lo que implica tener a ese pez.
La posibilidad que este pez extrañe a su antiguo cuidador,
la posibilidad de comparación que este tiene al haber vivido antes en el mar.
El rencor por no ser aquello que se esperaba.
Oh pequeño pez, estuviste bien cuando huiste de las garras del gato. Pero hoy su paladar anela el sabor de tu sangre fresca.
por que esto me rcuerda a cierta conversación?
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