En la puerta de estabelsimiento estaban ambos diciendose cosas al oido, entre abrasos y besos timios.
Doblando por la esquina llegaba un colega con curisidad. No le parecia raro que justo esos dos estubieran pololeando, pero igual era dificil de entender.
Permitanme presentar al famoso colega: Se llama Camilo, le pasa muy seguido eso de "no entender" a la gente. Es tan normal su forma de ser que lo sacan un poquito de su cubito mental y se pierde. Al mismo tiempo es muy liberalista en cuanto a los permisos y "aventuras" pero si le hablas de moralismos.... ejemplo: Eso es de putos. Con eso se explica todo. Prosigamos con los arumacos en la puerta de la oficina.
Se aserco a esa masa mobedisa y susurradora. Saludó lo más rutinariamente que pudo y pregunto por las demostraciones afectivasque habian echo tan despechadamente publicas.
Ninguno de los dos respondio. El seguia aferrado a la cintura de su subordinada. Se acercaron para decirse una promesa en secreto. "Pometelo" los finos lavios que antes estaban bajo su poder ahora lo ataban... La mirada con la que pronuncio esa palabra era lo importante. El no respondio, supongo que como los tipicos enamorados se dijeron todo en su ultimo suspiro de ojos.
"Buen día Camilo" Se retiro son su camisa blanca, su pollera negra tajeada y unos taquitos de charol.

Quedaron dos hombres.
Quedaron dos hombres?
Dos hombres no son.

Las preguntas eran pocas pero parecian demaciadas. No habian muchas respuestas de parte de ese superior inferiorisado por una mujer. No podia más que esperar expreciones como resultante a sus dudas.
Siempre tubo la mala costumbre de decirlo todo con la cara.
Siempre se aprobecho de los malos entendidos.
Le encanta saber que nadie sabe.

Le ENCANTA Saber que NADIE Sabe.